10 de diciembre de 2025

Digital Twins es evolucionar del BIM estático al edificio inteligente

Durante los últimos años, el sector AECO ha repetido una palabra hasta casi desgastarla: BIM. Y con razón. El BIM ha transformado la forma en la que proyectamos, coordinamos equipos y gestionamos la construcción. Sin embargo, en el momento en que se corta la cinta y el edificio entra en uso, ocurre algo que cualquiera que haya pasado por una obra reconoce sin esfuerzo: el modelo BIM, en muchos casos, se archiva en una carpeta del servidor y ahí se queda.

Es precisamente en ese punto donde entran en juego los Digital Twins o, en castellano, el Gemelo Digital. No aparecen para sustituir al BIM ni para cuestionar su valor, sino para responder a una pregunta cada vez más habitual en las reuniones de entrega: ¿qué hacemos con toda esta información cuando el edificio ya está construido y empieza a usarse de verdad?

Qué es realmente un Digital Twin, y qué no

Un Digital Twin es un modelo digital conectado de forma directa al activo físico real mediante datos actualizados, normalmente en tiempo casi real. No se trata únicamente de una geometría bien resuelta o de un conjunto de fichas técnicas, sino de un sistema vivo que refleja cómo se comporta realmente el edificio: qué consume, cómo se ocupa, cuándo aparecen incidencias o cómo responde a la climatología y al uso diario.

Conviene matizarlo, porque no todo lo que se presenta hoy como Digital Twin responde a esta definición. Un modelo BIM, tal y como se utiliza en la mayoría de proyectos, describe cómo debería ser el edificio. Se apoya en datos de diseño y planificación y, salvo actualizaciones puntuales, suele quedar prácticamente estático una vez finalizada la obra. El gemelo digital, en cambio, representa cómo se comporta el edificio en la realidad, se alimenta de sensores y sistemas operativos reales y evoluciona durante toda la vida útil del activo.

En edificación, hablar de Digital Twins es hablar de una conexión constante entre el mundo virtual y el mundo físico. El modelo deja de ser una fotografía congelada para convertirse en una película en directo, donde cada fotograma son datos que llegan del edificio minuto a minuto.

El salto clave de BIM estático a gemelo digital

En la práctica profesional, el BIM ha demostrado sobradamente su utilidad en fases de diseño, coordinación, detección de interferencias, mediciones, planificación y control de costes. Eso ya no está en discusión. El problema es que el verdadero valor económico de un edificio no se concentra en su construcción, sino en los 30, 40 o incluso 50 años posteriores de uso, mantenimiento y operación.

A lo largo de su ciclo de vida, la construcción suele representar en torno a un 30 % del coste total, mientras que la operación y el mantenimiento absorben la mayor parte durante décadas. Año tras año, los costes operativos pueden situarse alrededor del 1–2 % del coste del ciclo de vida y entre el 3–4 % del coste de construcción. Mirado desde esta perspectiva, cuesta justificar que toda la inteligencia digital se quede encerrada en la fase de obra.

Los Digital Twins aparecen justo en ese punto en el que las hojas de Excel de mantenimiento y las llamadas de emergencia ya no son suficientes. Cuando el modelo BIM se conecta con sensores IoT distribuidos por el edificio, sistemas BMS o SCADA, datos energéticos reales, históricos de incidencias y mantenimiento o información de ocupación y uso, deja de ser solo BIM y se transforma en un gemelo digital. A partir de ese momento, el modelo empieza a ofrecer una imagen mucho más precisa y honesta de lo que ocurre realmente en el edificio día a día.

Gestión y mantenimiento anticipado

Uno de los grandes valores del Digital Twin está en la capacidad de anticipación. Cualquiera que haya tenido que revisar una sala técnica un viernes a última hora “para ver qué ha pasado con la climatización” entiende perfectamente lo que significa dejar de trabajar en modo apagafuegos.

Un gemelo digital permite detectar patrones, prever fallos y programar mantenimientos antes de que los problemas aparezcan. En entornos donde se ha pasado de mantenimiento reactivo a mantenimiento predictivo apoyado en Digital Twins, se han reportado reducciones de hasta un 30 % en los costes de mantenimiento y entre un 50–70 % menos de paradas imprevistas. En algunos casos, esta combinación ha llegado a reducir alrededor de un 40 % el número de averías, con mejoras cercanas al 15 % en costes de facility management y hasta un 30 % en costes operativos globales.

Dicho de forma directa, esto no va de tener un dashboard bonito en la recepción, sino de menos llamadas urgentes a las tres de la mañana y de instalaciones que duran más porque se actúa cuando toca, no cuando ya es demasiado tarde.

Eficiencia energética basada en datos reales

El diseño energético en fase de proyecto es fundamental, pero pocos profesionales se atreverían a afirmar que el comportamiento real de un edificio coincide al 100 % con lo previsto en memoria. Cambia el uso, cambia la ocupación, cambian los horarios y los equipos. Lo que no debería cambiar es la capacidad del edificio para adaptarse a esa realidad.

Gracias al Digital Twin es posible analizar consumos reales por zona y sistema, ajustar la climatización en función de la ocupación efectiva, la inercia térmica y la temperatura exterior, comparar escenarios de operación antes de aplicarlos y reducir la huella de carbono con datos objetivos, no solo con estimaciones teóricas.

En proyectos donde el gemelo digital se ha integrado con datos energéticos reales, se han observado mejoras medias cercanas al 18 % en eficiencia energética y reducciones de aproximadamente un 22 % en costes de mantenimiento durante el primer año de operación. En pilotos centrados en HVAC, el ajuste fino continuo que permite el Digital Twin ha demostrado que es posible reducir consumo sin sacrificar confort, algo inalcanzable para un modelo estático.

El poder de la Simulación antes de tocar el edificio

Uno de los aspectos más potentes del Digital Twin es la posibilidad de simular cambios antes de ejecutarlos en el mundo físico. En lugar de tomar decisiones a ciegas, el gemelo digital funciona como un laboratorio de bajo riesgo.

Preguntas habituales en la gestión de activos —qué ocurre si se cambia el uso de una planta de oficinas a coworking, cómo afectará una reforma de climatización al CAPEX y al OPEX, o si compensa sustituir una instalación ahora o esperar unos años— pueden responderse primero en el entorno virtual. El gemelo digital permite evaluar el impacto en energía, mantenimiento y ocupación y, a partir de ahí, decidir con criterio. Menos improvisación, menos sorpresas en la factura y menos reformas que se quedan a medio camino de lo prometido.

Edificios más confortables y humanos

Más allá de los indicadores económicos, los Digital Twins tienen un impacto directo en las personas que usan el edificio. La monitorización de ocupación, calidad del aire o confort térmico permite ajustar el edificio a sus usuarios reales, no a hipótesis de pliego.

El seguimiento continuo de parámetros como CO₂, compuestos orgánicos volátiles, humedad, temperatura o ruido ha demostrado que mantener niveles de CO₂ por debajo de 600 ppm y humedades en torno al 60 % influye de forma clara en la percepción de confort. Un gemelo digital bien alimentado permite que el edificio “escuche” a quienes lo ocupan, ajustando ventilación, consignas e iluminación en función del uso real y la presencia.

Cualquiera que haya pasado horas en una sala mal ventilada sabe que no hace falta un paper científico para notar la diferencia. El valor del Digital Twin está en poner números a esa sensación y corregirla de forma sistemática, no solo cuando alguien se queja.

Tecnología detrás del Digital Twin

Conviene entender que un Digital Twin no es un único software milagroso, sino un ecosistema. Detrás de un gemelo digital maduro suele haber modelos BIM bien estructurados, estándares abiertos como IFC o APIs que permiten interoperabilidad, sensores IoT desplegados con criterio, plataformas cloud para gestionar datos y herramientas de análisis e inteligencia artificial conectadas a sistemas BMS o FMS.

No se trata de colocar un par de sondas y una cámara. En casos reales se han desplegado miles de sensores en redes de edificios: desde campus educativos con más de 4.000 sensores hasta sedes corporativas con varios cientos en apenas 10.000 m², capaces de mejorar la calidad del aire y reducir la factura energética en cifras muy relevantes a lo largo del año.

Por eso, implantar un Digital Twin no es solo un reto tecnológico, sino también estratégico y organizativo. Requiere metodología, criterios claros y equipos que entiendan tanto el lenguaje del proyecto como el de la operación.

La Madurez del sector AECO va hacia el gemelo digital

Todo apunta a que el Digital Twin será una pieza clave en la evolución del sector AECO, no como una moda pasajera, sino como la consecuencia lógica de un proceso que comenzó con el CAD, continuó con el BIM y ahora se prolonga en la operación.

A nivel global, más del 70 % de las empresas de construcción utilizan algún tipo de software de diseño o ingeniería digital, y en segmentos como el sanitario o comercial, una parte significativa de los proyectos de cierta envergadura ya incorpora tecnologías de gemelo digital para gestionar el ciclo de vida del activo. El contexto también empuja: mayor presión en sostenibilidad, optimización de recursos, normativas energéticas más exigentes y una creciente necesidad de decisiones basadas en datos.

En este escenario, el gemelo digital deja de ser un “nice to have” y pasa a ser casi imprescindible para mantener el valor del activo en el tiempo. El BIM sigue siendo la base, pero el Digital Twin es el siguiente paso: pasar del modelo que describe al modelo que escucha, aprende y responde.

Gemelo Digital como cambio de mentalidad

Hablar de Digital Twin es hablar de una nueva forma de relacionarse con los edificios. El gemelo digital no es solo una representación, sino una fuente continua de información que acompaña al activo durante toda su vida útil. Permite que el edificio deje de ser una caja opaca y se convierta en un sistema que explica qué le ocurre.

El reto principal no está únicamente en la tecnología, sino en el cambio de mentalidad. Entender que el valor del BIM no termina en la entrega del proyecto, sino que se multiplica cuando se convierte en un gemelo digital bien gestionado. Eso implica pensar los modelos desde el inicio con la operación en mente y asumir que el modelo no se cierra cuando se retira la grúa, sino cuando el edificio deja de estar en servicio.

Quienes empiecen a trabajar hoy con esta visión llegarán mejor preparados a un sector que ya ha demostrado que digitalizarse no es una opción, sino una necesidad. Y, sobre todo, estarán más cerca de recordar algo esencial: los edificios no se diseñan para quedar bien en un render, sino para funcionar correctamente durante décadas. El Digital Twin es la herramienta que permite comprobarlo, día tras día.